Antonio Machado se educó en la estética modernista y en el empleo de un lenguaje simple y conmovedor. En su poesía observamos una doble influencia: Romanticismo (Bécquer, Rosalía) y Simbolismo, lo cual lo sitúa entre los autores modernistas, aunque él no se queda sólo con la poesía como juego estético, sino que la define como una honda palpitación del espíritu, la auténtica emoción humana. Así, Machado encaja dentro del Modernismo, pero también en la Generación del 98, sobre todo a partir de 1912 con la publicación de Campos de Castilla. Por lo tanto, este autor representa la unión e imposible separación de ambos movimientos.

Los temas principales de su poesía son: los recuerdos y evocaciones de su propia vida, la preocupación por España (Castilla y el paisaje de Soria como símbolos de la decadencia), el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de Dios. En 1903 publica Soledades, ampliada posteriormente en 1907 con el título Soledades, Galerías y otros poemas. Esta obra es fundamentalmente modernista y, dentro de los temas de este movimiento, intimista y neorromántica. El Simbolismo está omnipresente para representar los estados de ánimo y las obsesiones del autor.

Su gran obra, Campos de Castilla, llegó en 1912, ampliada posteriormente en 1917. Además de los temas comentados, aparece el tema de Castilla, el sentimiento del poeta asociado al paisaje, la crítica a la “España de charanga y pandereta”, la esperanza en la juventud como elemento impulsor frente al atraso y la pobreza. Estos temas han motivado la inclusión del autor dentro de los autores del 98, puesto que los intereses y las preocupaciones de todos ellos eran coincidentes. Además de lo citado, el libro incluye unos cuantos poemas dedicados al recuerdo de Leonor, los “Proverbios y cantares” (composiciones breves de tema popular y seudofilosófico) y el largo romance “La tierra de Alvargonzález”. Esta obra no abandona completamente el Modernismo, a pesar de que incluye los poemas más conocidos de Antonio Machado.

Nuevas canciones (1924) recoge poemas escritos en Baeza y Segovia. En este libro adopta los metros cortos populares, la copla tradicional y los recursos expresivos del cante jondo, elementos que retomarán casi inmediatamente autores como Rafael Alberti o Federico García Lorca. Aparecen de nuevo los “Proverbios y cantares”, pero en este caso más depurados, sin elementos descriptivos.

La primera edición de sus Poesías completas es de 1917 y fue publicada por la Residencia de Estudiantes. La segunda, de 1928, aparece en Espasa-Calpe.La poesía que Antonio Machado escribió posteriormente es escasa y de menor calidad que la anterior. Destacamos “Canciones a Guiomar” (publicadas por la Revista de Occidente en el número de septiembre de 1929) y algunas Poesías de guerra.